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Todo comenzó el 25/08/2013 cuando estaba tranquilamente
en mi salón viendo la televisión y de repente, tocaron a la
puerta.
Me levanté para ver quién era como de costumbre, pero al
mirar por la mirilla algo me dijo que esa visita no era una
cualquiera.
Efectivamente, tenía razón, abrí la puerta a un hombre que
vestía con un traje negro y gafas de sol. El cual me dijo que
por motivos de mis antepasados, debía acompañarle para
contarme toda la información que le ordenaron contarme.
Sin duda alguna me negué, no iba a irme con una persona
desconocida y menos teniendo yo 13 años. Ese hombre
podía sacarme 22 años.
Vistas las circunstancias el hombre decidió contarme todo
en mi mismo salón, me dio la sensación de que quería
ganarse mi confianza, pero por lo que me contó podría
decirse que no iba en broma.
Me habló de un programa de preparación física y mental
para operaciones especiales, altamente confidenciales. Lo
que me hizo recordar, que mi bisabuelo cuando tenía 15
años tuvo una conversación con una persona sobre el
mismo tema. Lo se con certeza porque aquel hombre con el
que habló mi bisabuelo, fue un completo iluso al no
asegurarse de que estaba solo. Por lo que mi bisabuela se
quedó escuchando la conversación, que más tarde
compartiría con algunos familiares de confianza, para así
evitar filtraciones de aquel asunto. Aun así, esa información
fue filtrándose entre la familia. Siempre y cuando no saliera
de ahí no habría ningún problema. Y definitivamente,
muchos años después y gracias a mis padres me llegó esa
información. Pero no solo sobre ese tema, sino que también

me contaron, que desde aquella conversación entre mi
bisabuelo y aquel hombre, mi bisabuelo no pudo volver a
relacionarse con amigos ni conocidos, apenas con la
familia. Poco a poco fue apareciendo menos por casa,
hasta el punto en el que se despidió y no volvió más.
Después de recordar aquello, volví a prestar atención a
aquel hombre.
Me comentó que si me negaba sería un criminal de guerra e
iría a prisión. Por lo que me quedé en shock. Sin embargo,
seguí escuchando sus palabras, las cuales me decían que
ya no debía verme ni comunicarme con mis amigos ni
conocidos, que debía dejar los estudios y limitar las
conversaciones con la familia, para así a la hora de
marcharme, que no fuera tan difícil.
Me dieron una semana para mentalizarme, hasta que
vinieron a recogerme, justo cuando bajé a la calle para
tomar el aire, lo que me hizo darme cuenta, de que me
tenían totalmente bajo control. Nombraron la palabra clave,
que me dijo el hombre de negro que dirían para recogerme,
la cual era luna llena. Asi que me giré y me tuve que subir a
aquel furgón negro.
Dentro me encontré con varios hombres trajeados que no
hablaban mucho, por lo que tuve que preguntarles a donde
me llevaban, a lo que el conductor me respondió que me
llevaban a donde nos llevan a todos, eso me hizo sentirme
mejor, el pensar que habría mas gente como yo, gente a la
que separaron de sus vidas, gente con miedo sin saber que
va a ser de ellas, simplemente, el no estar solo.
Cuando paró el furgón bajé y me encontraba en un recinto
con murallas de hormigón, torres de vigilancia y muchos
patios que servían para realizar distintos entrenamientos,
donde se podía ver a chicos y chicas de mi edad
entrenando. Me dirigieron hacia el edificio situado en el
centro de aquellas murallas, que formaban un cuadrado. Al
entrar me llevaron al despacho de la persona que mandaba,

la misma persona que destruyó mi vida.
Cuando empezó a hablarme me dio la sensación de que
era buena persona, lo único que no me hizo mucha gracia
que me dijera, fue que tendría que entrenar durante 5 años
sin parar. Le pregunté preocupado que porque me tenían
que entrenar a mí. Dijo que investigaban el árbol
genealógico, de las personas que reclutaron cuando
iniciaron el programa en el año 1911. Por ello, cada cierto
tiempo reclutaban una serie de familias. El programa era
internacional y resultaba fácil reclutar a gente de diferentes
países, por lo que no iban a reclutar a gente de familias que
recientemente habían sufrido un reclutamiento.
Todo me cuadraba mucho más, pero no conseguía quitarme
de la cabeza todo lo que tenía antes del programa. Por
suerte, me dijo que tendría que ir durante un mes todos los
días, a aquel campo que llamaban el C-99 para recibir
entrenamiento base. De esta forma, al menos tenía la
oportunidad de disfrutar un poco más de la libertad. Se
despidió de mí el jefe por así decirlo, ya que no me dio
nombre alguno y me llevaron a casa con el propósito de
descansar, que era el principio del fin dijeron.
El primer día de entrenamiento me preguntaba cómo
podrían tener tan controladas las vidas de nuestros
antepasados y uno de los entrenadores me dijo que toda la
información respecto al programa, los arboles genealógicos
de las personas reclutadas desde el 1911, los
entrenamientos y las misiones, quedaban registradas en
unos ficheros guardados bajo alta seguridad, para mantener
el programa activo. Aquello me aclaró más las cosas y
simplemente me limite a seguir las instrucciones del
entrenamiento.
Me tiré 5 años entrenándome en campos de batalla
artificiales, formando pelotones entre compañeros, el
tamaño del pelotón dependía del tipo de misión que se
fuera a realizar. Lo único que no cambiaba eran las armas,

replicas exactas que disparaban pintura por suerte, ya que
los primeros entrenamientos no fueron buenos para
ninguno. Por suerte no solo nos entrenaban en el campo de
batalla, sino que también nos metían en aulas como en un
instituto y nos daban clases en las que nos impartían todo
tipo de materias.
Desgraciadamente acabé olvidando todo aquello con lo que
me crié, todo lo que amaba y lo acabé reemplazando en mi
cabeza por: maniobras, estadísticas, técnicas, armamento,
etc. Al final más que un adolescente, era una maquina
preparada y lista para matar.
El 08/09/2018 que, hacia 5 años exactos desde el primer
entrenamiento, nos reunieron en un salón donde nos
contaron, que estábamos preparados para la primera
misión, ya que era necesario de urgencia, puesto que allá a
donde nos mandaban ya habían ido otros pelotones con
una misión, pero todos habían fracasado.
Nuestra misión, era informar de tres ubicaciones mediante
coordenadas, que solo podríamos obtener estando en el
lugar exacto, para así solicitar un ataque con misiles tierra-
tierra y destruir nuestros objetivos. Debíamos hacerlo
porque el espacio aéreo de aquella zona de combate, era
prácticamente impenetrable con drones, aviones o
helicópteros, los satélites no nos servían de nada por el
simple hecho, de que el enemigo tendría algún satélite
hackeando el nuestro y así evitarnos la posibilidad de
mandar coordenadas sin ningún riesgo, ya que los drones,
aviones e incluso helicópteros eran una diana en ese
espacio aéreo.
A la mañana siguiente a las 06:00, nos transportaron a la
base donde nos dieron un uniforme militar y tuvimos que
mantener en secreto nuestro entrenamiento. Los demás
soldados fuera del programa, no podían saber que era
nuestro primer combate, ya que una vez vistas nuestras
capacidades de desenvolvernos en el campo de batalla

harían demasiadas preguntas.
Nos preparamos el equipamiento y las provisiones para
subir a los helicópteros que nos dejarían, a 5 km de aquel
campo de batalla, por el hecho de que nuestra base se
situaba a 238km de allí, lo que significaba que la ayuda más
rápida tardaría 30 min aproximadamente. Aun así, una vez
en el campo de batalla, debíamos recordar que no
recibiríamos apoyo aéreo y menos aún recogida, la
distancia mínima requerida para poder gozar de ese
privilegio, sería estar a 5 km como mínimo del campo de
batalla.
Una vez ya subiendo a los helicópteros hicimos el recuento
de los que éramos. Recuerdo perfectamente que éramos un
pelotón de 5 hombres. Nos conocíamos bastante bien y
había buen ambiente, especialmente con dos de ellos,
Johnny y Timmy. Prácticamente nos considerábamos como
mejores amigos y nos apoyábamos mutuamente en los
momentos difíciles de nuestro entrenamiento y mucho más.
Cuando quisimos darnos cuenta, los pilotos nos estaban
llamando por el nombre del pelotón, “Foxtrot”, nos estaban
dando la señal de que en 2 min llegaríamos al punto de
descenso. Nos dejaron en tierra y se marcharon de vuelta a
la base y fue cuando comenzamos el recorrido hacia aquel
infernal campo de batalla.
Cada uno de nosotros tenía una especialidad: Johnny era
medico de combate, Timmy era el explorador, Max era el de
las comunicaciones, Bob el ingeniero y yo era el otro
médico de combate. Sin embargo, nuestra misión era la
misma, mandar las coordenadas acabando con todo el que
tratase de evitárnoslo y sin duda alguna, volver vivos.
Nada más estar a 2 km, escuchábamos los disparos y
explosiones. Ninguno se puso nervioso, prácticamente esa
era nuestra vida, lo quisiéramos o no, era algo tan normal
como lo es para alguien el sonreír.
Al llegar, nos sorprendimos porque vimos un pelotón de 4

miembros, que habían sobrevivido y nos agrupamos con
ellos. Desgraciadamente habían perdido al hombre de las
comunicaciones y por ello se les había dado por muertos.
Estaban aterrorizados y traumatizados excepto uno, parecía
ser el líder, nos contó que el enemigo, había establecido
barricadas y posibles emboscadas en distintos sectores. Lo
que nos esperábamos, pero al menos conseguimos a más
gente con la que realizar aquella misión.
Mentalizamos al resto de los chicos y se prepararon para
volver a entrar, estábamos tras unos containers detrás de
una nave industrial y detrás nuestro el inmenso desierto.
Dimos el paso de adentrarnos en la nave industrial, la cual
estaba prácticamente vacía con andamios y algunas
bombonas de gas, lo que nos preocupaba bastante. Nos
acercamos lentamente a la entrada delantera de aquella
nave industrial. Y pudimos observar el campo de batalla
completo, puesto que estábamos en una pequeña elevación
del terreno. Ahí fue donde Marcus, el líder del otro pelotón,
nos señaló las ubicaciones a donde debíamos llegar, no
estaban lejos, de hecho, aquel sitio dividido por una
carretera hecha polvo, que parecía no tener fin, estaba
repleto de tuberías. Lo que nos hizo pensar que había
movimiento de petróleo, sobre todo al ver unas torres
inmensas, que en su parte superior desprendían llamaradas
y una nube de humo increíblemente densa. Todo eso nos
preocupó bastante, ya que si pedíamos el ataque,
deberíamos estar lejos para no ser alcanzados.
Avanzamos hacia un hangar que parecía ser el menos
volátil. Desgraciadamente el enemigo nos vio y comenzaron
a abrir fuego, tuvimos que tomar posiciones y localizarlos,
una vez hecho eso respondimos con todo nuestro
armamento. Pero desgraciadamente nos ganaban en
número y se conocían el terreno. Conseguimos abatir a
varios, pero no dejaban de venir más y cada vez más,
pensamos en mandar unas coordenadas aproximadas

teniendo en cuenta las nuestras. Pero eso nos podría
matar. Aunque sinceramente, preferíamos eso a ser
capturados, ya que no sabíamos ni a quienes nos
enfrentábamos, solo cumplíamos órdenes. Optamos por
informar de nuestra situación a base, pero nos dijeron que
acabásemos con ellos y siguiéramos con la misión.
Tras media hora de combate, la munición comenzaba a
escasear, nos comenzamos a poner nerviosos y fue cuando
recordamos nuestro entrenamiento, asi que empezamos a
buscar estrategias, pero el enemigo…se adelantó,
abatieron a 2 hombres del otro pelotón con una ojiva
explosiva, proveniente de un lanzacohetes. Mientras
estuvimos distraídos unos segundos por aquel momento,
abatieron a los dos hombres restantes del otro pelotón, uno
de los cuales, era Marcus. Desgraciadamente no pude
atender a lo que me quería decir, ya que cuando estaba
tirado en el suelo con 4 agujeros de bala en el pecho, me
hizo la señal de que me acercara, pero si lo hacía moriría
yo también.
Me sentía cabreado y frustrado, asi que me puse a pensar
en que hacer, pero alcanzaron a Bob en el brazo, Johnny
intentaba tapar las heridas, pero estábamos bajo fuego de
contención, asi que tuve que cubrirle para darle tiempo y
soporte. Conseguimos curarle, pero apenas podía disparar.
El enemigo comenzó a entrar en el hangar, pero
conseguimos repelerlos, la situación era critica, abatimos a
muchos más, pero el número de enemigos parecía que no
descendía. Consiguieron alcanzar a Bob en la cabeza y
cuando Max se quedó traumatizado contemplando su
cuerpo sin vida, le abatieron también. Johnny y yo nos
sentimos inútiles por no poder haber hecho nada con ellos,
yo sentía la garganta seca y me sudaba todo el cuerpo,
creía que íbamos a morir. Por suerte, Timmy se mantenía
frío, como si no estuviera en nuestro mundo, daba la
sensación como si estuviera él solo sin nadie más. Fue

entonces cuando nos miró y dijo seriamente que el hangar
en el que nos habíamos metido, era totalmente diferente
porque se trataba de un almacén, con contenedores de
nitrógeno líquido. Pensamos que lo utilizarían como zona
de seguridad, a la hora de probar algún experimento, por si
acabase mal, el nitrógeno líquido acabaría con ello. Pero
para ello, el hangar se debería cerrar completamente sin
fisuras. Asi que nos pusimos a buscar el botón que cerrase
aquellas compuertas y nos limitaríamos a vigilar por las
ventanas pequeñas. Al encontrar el botón, lo pulsamos y
estuvimos prestando atención a los enemigos, con mucho
cuidado de que no nos vieran observarles, porque nos
dispararían de inmediato.
Se acercaban lentamente y fue cuando decidimos mandar
las coordenadas aproximadas del enemigo, asi que tuve
que coger la radio que aún estaba junto al cuerpo sin vida
de Max. Ya solo quedaba esperar, nos daba igual lo que
sucediera, mantuvimos un silencio abrumador, después de
la confirmación del ataque con misiles. Yo solo pensaba en
mi familia, en como era mi vida antes de todo eso, en las
cosas que no valoraba, las cuales echaba de menos. No sé
en que estarían pensando en ese momento Timmy y
Johnny, pero supongo que en algo similar a lo mío.
El tiempo de espera para que llegara el ataque, se me hizo
eterno, pero teniendo en cuenta la velocidad de uno de
esos misiles supongo que tardaría solamente unos minutos,
como máximo 5.
Cuando menos nos lo esperamos comenzamos a escuchar
los misiles llegar y tras unos segundos, impactaron sobre el
objetivo, desencadenando una serie de explosiones que
cada vez se escuchaban más y más cerca. El suelo
temblaba, creando un desprendimiento en la montaña
rocosa, que estaba cercana a la zona. Incluso miles de
escombros salieron volando y fue cuando las explosiones
nos alcanzaron, aunque por suerte pararon justo al llegar,

pero eso no impidió que acabaran quebrándose los
contenedores de nitrógeno líquido, por lo que empezaron a
vaciarse muy rápido e intentamos alcázar el interruptor para
abrir las compuertas, pero entre el desprendimiento, los
miles de escombros cayendo y el nitrógeno líquido, nos
resultaba cada vez más difícil movernos. Hasta que
comenzamos a dejar de sentir los pies, luego las piernas y
fue cuando empecé a escuchar a Timmy gritar
desesperado, yo también gritaba, pero Johnny seguía
intentando llegar al botón, hasta que un escombro le cayó al
lado, salpicándole en la cara y entonces lo vi. Vi como caía
mientras gritaba de dolor e impotencia, hasta desaparecer
entre el nitrógeno líquido. El nitrógeno seguía subiendo y
empecé a notar como dejaba de escuchar, notaba en mi
cabeza como si me hubiera tomado un granizado de limón
de golpe y desde ese momento no recuerdo más, hasta que
un dron por así decirlo, me despertó con una voz robótica.
El dron levitaba, como si no hubiera gravedad, pero yo no
llevaba casco y podía respirar, así que había gravedad. Me
encontraba totalmente desubicado, sin saber que había
pasado, me sentía como si hubiera dormido un par de
horas, pero entonces el dron me dijo, que espabilara, que
habían pasado 35 años desde el combate, en el que acabé
así y que, por suerte, los escombros hicieron una corteza
sobre nosotros, porque de no ser así, habríamos muerto
con la ola de calor y la radiación del ataque con misiles.
Además de que el nitrógeno líquido, no nos habría acabado
congelando. Por lo que podríamos decir, que el nitrógeno
líquido y los escombros nos salvaron la vida. El dron
llevaba buscando a los de mi programa durante años, pero
especialmente a mí, porque se le asignó mi código de
soldado que permanecía en los ficheros del programa.
Entonces fue cuando lo recordé todo y me limité a
preguntarle, que donde estaban mis amigos Timmy y
Johnny. Desgraciadamente me dijo que a Timmy le cayó

encima un escombro antes de la completa congelación.
Pero por suerte a Johnny lo sacó su dron ese mismo día y
que estaba en ese momento reinsertándose en el nuevo
mundo. Ya que hay muchas cosas que han cambiado
desde entonces.
El dron me dio una vestimenta y unas armas un poco
similares, a las de antes pero muy futuristas para mí. Me
dijo que le siguiera hacia la nave que me tenía preparada,
me pude fijar en que había naves volando, definitivamente
estaba en lo cierto, habíamos desafiado a la gravedad. De
camino a la nave, hubo conflictos con especies curiosas,
parecían humanos, pero sin serlo, el dron me comentó, que
eran especímenes de otro planeta, que descubrimos los
humanos, al hacer las primeras expediciones tripuladas a
planetas lejanos, creando así una guerra entre ambas
especies.
Acabé con ellos enseguida y parecía que no hubiera dejado
de combatir nunca, por lo bien que me desenvolví. Al llegar
a la nave, pude ver que estaba un poco destrozada, pero
era algo tan nuevo para mí, que me sentía como en una
casa ajena. El dron me enseñó rápidamente a manejarla y
era fácil, lo primero que hice en cuanto lo pillé, fue
preguntar dónde estaba mi amigo Johnny. El dron me lo
señaló en la baliza, ya que, al ser del programa y el mismo
pelotón, estábamos en contacto siempre que estuviéramos
activados de nuevo.
Al reagruparme con él, se llevó una sorpresa, ya que no
pensaba que yo hubiera sobrevivido. Me contó que llevaba
unas horas intentando hacerse a la idea de todo lo
sucedido, incluso nos compadecimos por la muerte de
Timmy y de los demás.
Nos encontrábamos por así decirlo, en la base, la última
ciudad en pie, así la llaman y ahora mismo estamos
atravesando el espacio, con el propósito de acabar con las
amenazas de otros planetas. Después de todo el ser

humano no ha cambiado nada. Primero descubrimos y
después destruimos.

Johnny y Mike 06/04/2053

GUIÓN IMAGEN Y SONIDO

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CÓDIGO FUENTE

I

T

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CORTOMETRAJE - LA ESTAFA

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